El Trastorno del Espectro Autista (TEA) requiere un enfoque de intervención integral y personalizado que contemple tanto los aspectos conductuales y comunicativos como el bienestar físico y neurológico. Aunque las terapias psicoeducativas son la base del tratamiento, algunos recursos complementarios pueden ofrecer beneficios adicionales. En este sentido, la cámara hiperbárica en Madrid se está posicionando como una herramienta cada vez más consultada por familias que buscan alternativas terapéuticas para mejorar la calidad de vida de sus hijos.
La oxigenoterapia hiperbárica, aunque tradicionalmente utilizada en áreas como la medicina deportiva o la recuperación postquirúrgica, ha comenzado a estudiarse también en contextos neurológicos, incluido el autismo. Su potencial para mejorar la oxigenación cerebral y reducir la inflamación la convierte en una opción que merece ser analizada con criterio clínico y científico.
En este contexto, es importante contar con centros médicos especializados y con experiencia, como IMTRA, un referente en traumatología en Madrid que también ofrece tratamientos en cámara hiperbárica, una herramienta con aplicaciones en diversas áreas médicas y que comienza a ser explorada en el ámbito del neurodesarrollo.
¿Qué es la cámara hiperbárica?
La oxigenoterapia hiperbárica (OHB) consiste en respirar oxígeno puro al 100% en una cámara presurizada. Este proceso permite que una mayor cantidad de oxígeno se disuelva en el plasma sanguíneo, alcanzando tejidos que normalmente tienen menos perfusión, y promoviendo así la regeneración celular, la reducción de inflamación y la mejora de funciones metabólicas.
Aunque su uso principal ha sido en traumatología, medicina deportiva o el tratamiento de úlceras crónicas, algunos estudios recientes sugieren que podría tener un papel complementario en ciertas condiciones neurológicas, incluido el autismo.

Cámara hiperbárica y autismo: ¿qué dice la evidencia?
Diversas investigaciones han explorado el posible beneficio de la cámara hiperbárica en personas con TEA, principalmente en áreas como:
- Reducción del estrés oxidativo y neuroinflamación
Algunos modelos del autismo sugieren la presencia de inflamación cerebral leve o desequilibrios oxidativos. La OHB podría ayudar a reducir estos procesos, mejorando la función mitocondrial y el metabolismo cerebral. - Aumento de oxigenación cerebral
Se ha observado que en algunos casos de TEA existe hipoperfusión (flujo sanguíneo reducido) en ciertas áreas cerebrales. La cámara hiperbárica favorecería la oxigenación de estas zonas, contribuyendo a una mejor conectividad neuronal. - Mejora en atención, lenguaje y regulación emocional
Estudios preliminares han mostrado mejoras conductuales moderadas tras varias sesiones de OHB en niños con autismo, especialmente en atención, lenguaje expresivo y control de estereotipias. Sin embargo, los resultados aún son heterogéneos y necesitan más respaldo científico.
Es importante destacar que la cámara hiperbárica no es un tratamiento curativo del autismo, pero puede considerarse como una intervención complementaria en planes personalizados de rehabilitación, siempre bajo supervisión médica y dentro de un enfoque interdisciplinar.
¿Cuándo puede ser útil considerar la cámara hiperbárica?
No todos los perfiles del espectro son candidatos a este tipo de intervención. La OHB podría valorarse en casos donde:
- Existe un componente médico añadido (trastorno mitocondrial, hipoxia neonatal, epilepsia controlada, etc.).
- Se ha identificado una inflamación o hipoperfusión cerebral mediante pruebas médicas.
- Se busca mejorar aspectos de regulación fisiológica y sensorial.
En cualquier caso, es fundamental acudir a un centro de referencia como IMTRA, donde un equipo médico especializado puede valorar cada caso de forma individual y garantizar un uso seguro de la terapia.
Conclusión
En el camino de acompañar a una persona con autismo, cada recurso cuenta. La cámara hiperbárica no sustituye las intervenciones educativas ni la terapia psicológica, pero puede ser una herramienta de apoyo en determinados perfiles clínicos, especialmente cuando se busca optimizar la función neurológica y reducir procesos inflamatorios.
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